Quizá tenga que expresarme con los ojos cerrados y soltando entre mis palabras alguna mirada al suelo. No, no puedo ni mirarte a la cara, me cuesta. Me cuesta ver tu sonrisa de oreja a oreja, pero más me cuesta saber que esa sonrisa no la provoqué yo, estoy segura que no fue culpa mía hacerte feliz.
Si, se que la amas a ella, que yo solo existo cuando estás aburrido.
Pero déjame decirte que esto se acabó. Que decidí, una decisión difícil, créeme, me costó y no sabes cuanto. He de sacarte de mi vida, tengo que olvidar esos momentos contigo.
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